domingo, 22 de marzo de 2015

VISIÓN FOTOGRÁFICA ACTUAL DE LA CALLE REAL - SEGUNDA PARTE-

~Un pasado que se fue, un presente que no recuerda~ 
¿Han perdido?



Rescate de la historia a través de la tradición oral y un presente que muestra algunos indicios del pasado. Detalles de objetos, arquitectura antigua y moderna hacen descubrir algo más en su recorrido.

Parece que habitantes de Villavicencio quieren tener una parte del pasado presente en su arquitectura, otros argumentan que debe desaparecer para embellecer aún más la ciudad que ha venido progresando en los últimos años.

Aquí un recorrido paso a paso para aportar con la investigación algo, cuyo resultado sea fructífero para ambos mundos. 

Pasado y presente se encuentran en una de las calles más tradicionales. Veremos qué tanto posibilita la presencia del pasado como aporte al presente y este a su vez si recibe como herencia, ese pasado.



TRADICIÓN SUECA, APORTE CIENTÍFICO

Familia Svenson, tradición familiar por su padre, quien construyó una de las primeras viviendas de dos pisos y en cemento frente al Parque Infantil. Actualmente aún es parte del patrimonio familiar. 

Antes en la ciudad eran todas viviendas de paja, bahareque y adobe, llega después la teja de zinc; que incluso conservan algunas viviendas o locales comerciales en el centro de la ciudad.  
  
El ingeniero Hegel Svenson, llega de Suecia a construir el primer acueducto de Villavicencio por sus conocimientos sobre el tema y otros de gran aporte al desarrollo de la ciudad y para su economía, con los molinos en el proceso de la trilla y almacenamiento del grano de arroz en los Llanos. 

Instala el molino Tres Esquinas que quedaba frente al Parque de los Estudiantes, que fue propiedad de la familia hasta hace pocos años. 

Hoy esta residencia del Parque Infantil, inicio de la Calle Real, se resiste a ser parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad, por ser medio de un posible sustento familiar al venderla para fines pertinentes a residencia o comercio. 

La discusión siempre se ha dado frente a que no se defienden algunos de estos valiosos recuerdos del pasado, que puedan incluso prestar un servicio de tipo turístico o pueden convertirse en un medio para mostrar una parte del pasado en medio del modernismo que ha tomado la ciudad.

No existe resistencia alguna al desarrollo de la ciudad en general, solo aparecen construcciones enfrentadas entre el pasado y el presente.


Y de la Calle Real, ni el nombre, nadie conoce, nadie sabe... solo sus antiguos habitantes o sus familiares.


ENTRE REJAS 

Familia Melgarejo, desde épocas pasadas ha vivido de generación en generación en esta su vivienda familiar. Lugar: frente al Parque Infantil.







RUTA MARGEN DERECHA BAJANDO HACIA EL CENTRO DESDE EL PARQUE INFANTIL.


Anden de la casa de la familia Svenson, pasando por la vivienda de la familia Melgarejo, con un local en arriendo donde se respetaron las puertas de madera que pertenecían al pasado arquitectónico. Allí funciona ahora un negocio de alquiler para eventos.

UN DULCE DEL PASADO




LA RUTA HACIA EL CENTRO NOS LLEVA A UNA DE LAS PRIMEROS CENTROS EDUCATIVOS DE LA CIUDAD. 

LA ESCUELA CONCEPCIÓN PALACIOS CUMPLIRÁ 100 AÑOS Y NO CUENTA CON ARCHIVOS DE SU HISTORIA.

EL PASO SE DETIENE ANTES, PARA OBSERVAR UNA DE LAS VIVIENDAS ANTIGUAS EN MEDIO DE DOS CONSTRUCCIONES MODERNAS.

Vivienda  perdida en medio del modernismo arquitectónico que muestra hoy en día la ciudad de Villavicencio; que en los últimos 20 años ha repuntado su desarrollo general de manera importante. Dicen algunos que para mejorar, agregan que por eso estas viviendas las deben acabar, porque "afean" el panorama de la ciudad. Mientras que  otros en cambio valoran las construcciones como esta que representan una muy buena estampa de lo que fue ese pasado y la cual, o las cuales, se deberían conservar mejor, con algunos retoques y que sean utilizadas como viviendas-museos de objetos, artículos y utensilios de ese pasado. Esto a su vez será un importante aporte cultural, de historia de sus antiguos habitantes y dará mayor identidad a una ciudad que hoy parece ser, no es de nadie o de muchos llegados de diferentes lugares del país. 


El propietario de la vivienda es un hombre soltero que vive asistido por la madre de uno de sus tantos ahijados.
Con 94 años de edad, don Hernando Riveros Medina; dice: "No saldré de la vivienda sino cuando ya esté muerto" porque además, no tiene para dónde ir y sus herederos quieren que venda pero por el interés de quedarse con el dinero, dice. No tiene cómo invertir en los arreglos de la casa que parece se cae a pedazos.


Una mirada a su intimidad que nos permitió. 
Su seguridad está protegida por barrotes.

UNA DESPEDIDA TRISTE
Él como tantos de su época, ya por los años no recuerda mucho, no escucha porque ha perdido también la audición,  habla poco; le cuesta trabajo, repite las ideas y cambia sus conversaciones. 

A través de su casa se ha aferrado al pasado como los mismos troquelados de las puertas, que nos recuerdan esas tallas en madera, no se cerraban ni las ventanas y las trancas solo algunas veces se atravesaba en los portones; porque no había de qué preocuparse. 

Don Hernando Riveros Medina (A quien entrevistamos) nos deja ver el interior y al salir comparamos el pasado, con el hoy moderno de la arquitectura que le rodea,  le vivos en su rosto como si le agobiara para la paz que añora. 

Pero es una ciudad con cara nueva que avanza y se rebosa de cosmopolita. Es una ciudad pluricultural y multicultural.

Y es aquí cuando definimos el espacio entre esa calle que además de otras, nos trae algo de objetos, utensilios, arquitectura y  detalles; únicos elementos para restaurar, junto con los pocos habitantes de ese pasado que algo cuentan. 

Es una tarea ardua y extensa, debe ser persistente no solo con la Calle Real, sino con tantas otras que nos traerán historias para contar, compartir y construir. 

~Si queda algo del pasado tendremos mayor identidad~





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